Myrna García enfatizó que no es una tarea acabada, porque contrasta con ciertos intentos, omisiones, deficiencias, resistencias, negligencias o desconocimiento del sistema, de las autoridades, de las condiciones económicas presupuestales,
sociales o políticas, que no permiten la conformación de una cultura de respeto y aprecio a los derechos humanos.
La importancia del rediseño de la labor de la Comisión estatal detalló, es identificar situaciones reiteradas de hechos que afectan la dignidad humana para
emitir recomendaciones preventivas que deriven en políticas públicas de prevención; ser eficaces mediante procesos más dinámicos, inmediatos y
abreviados, utilizando las tecnologías de la comunicación e información (TIC´s);
lograr el fortalecimiento interno al desarrollar cualidades y habilidades del personal para brindar una atención más empática; y un fortalecimiento externo con la legitimación social al conocer, acercarse a los reclamos y señalar todo lo que se tenga que señalar.
Reiteró su compromiso con temas como el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, el esfuerzo de la comunidad LGBTTTQ+ por el reconocimiento de su
identidad y los matrimonios igualitarios, el derecho a una buena administración pública, a vivir en un ambiente libre de corrupción, al uso racional y proporcional de la fuerza, el derecho a las TIC´s, al agua, a la protección de los grupos vulnerables, a la desnormalización de la tortura en espacios públicos, al cambio climático, seguridad alimentaria y, en especial, la construcción de una sociedad con perspectiva de género.
Por último, coincidió con el doctor Miguel Carbonell que, en la selección de prioridades de las actuaciones de las Comisiones de Derechos Humanos debe estar la atención y protección de mujeres, niñas, niños y adolescentes; visibilizar a las personas con discapacidad, y elevar a discusión nacional el tema del sistema penitenciario y el trato solidario a las personas migrantes.