LAS TABLAS DE MOISÉS

Contenidos

Profeta, libertador y organizador del pueblo hebreo, hijo de Abraham y Jacobed, de la tribu de Levi. Nace (1250 a.c. aprox.) en la época en que un nuevo faraón que desconoce a José dicta una ley según la cual deben ser sacrificados todos los niños varones israelitas, preocupado por su numerosa prole y el poder que obtienen. Meses después de su nacimiento, su madre lo oculta en una cesta de papiro que deja en las aguas del Nilo, de donde lo rescata la hija del faraón, quien lo toma a su cuidado y le da por nombre Moisés, que quiere decir (De las aguas lo saque) o (Salvado de las aguas). Dios lo prepara para salvar, contra su voluntad, a su pueblo.

Con su figura se entiende el nacimiento de Israel como nación, que se consolida basándose en una nueva conciencia religiosa y nacional que no se advierte antes en las anárquicas tribus descendientes de Jacob.

TABLAS DE MOISÉS

Durante sus primeros años de vida, observa la restricción de los derechos de los judíos y su degradación a la esclavitud. Moisés comienza a mostrar predilección por su pueblo y en varias ocasiones llega a matar egipcios, debido a su agresión contra los miembros de las tribus hebreas. Estos hechos son mal vistos por sus propios hermanos de sangre y se ve obligado a huir al desierto Madían, donde obtiene la protección del sacerdote Jetro. Contrae matrimonio con Séfara, hija de Jetro, que le da dos hijos. Yahvé se le revela mientras trabajaba como pasto para su suegro y lo designa como libertador para su pueblo, misión que en un principio recibe con reserva pues se siente torpe de palabra e inferior a su designio. Yahvé le promete su auxilio y ordena que lo ayude su hermano Aarón. Regresa a Egipto, muestra a su pueblo las intenciones de Dios y pide al faraón su liberación hacia las tierras de Canaán. La objeción de este ocasiona las diez plagas de Egipto, la última de las cuales es la muerte de todos los primogénitos egipcios y da paso a la liberación de Israel. La travesía de las tribus guiadas por Moisés, a través del golfo de Suez para llegar al desierto de Sinaí, demora 49 días.

Moisés en Transjornadia

Ahí honra a su Dios en el monte sagrado y recibe de éste las Tablas de la ley. Comienza el largo peregrinaje a través del desierto, que se extiende por 40 años. Durante este tiempo los israelitas se alejan de Dios en varias ocasiones y otras tantas regresan para adorarle, pero Yahvé permanece con su guía y su protector, aunque las tribus deben soportar el asedio de diferentes pueblos. La caravana marcha por el desierto del Sinaí, por la ruta de Cades Barnea, en el extremo meridional de Palestina, donde se instala. Desde allí, Moisés intenta llevar a su pueblo a Palestina por el sur pero encuentra obstáculos en su camino y decide cruzar la región de Arabá, ganando la meseta transjornada, para entrar a Palestina a través de los llanos de Moab, por las inmediaciones de Jericó. El extenuante viaje ocasiona varias conspiraciones, porque, según la tradición dicha generación de israelitas no logra ver con sus propios ojos la tierra prometida. 

Moisés, quien tiene también en cierto momento desconfianza a Dios, no puede habitar en ella y solo la puede mirar desde la cumbre del monte Nebo. Estos episodios se narran en el Éxodo, segundo libro de la biblia. Moisés en Transjornadia a la edad de 120 años.

MOISÉS LOS 10 MANDAMIENTOS

Y habló DIOS todas estas palabras, diciendo: Yo soy tu Yahvé tú DIOS, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás ante ninguna imagen, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu DIOS, fuerte, celoso, que castigo la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,  y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

LOS 10 MANDAMIENTOS

No tomarás el nombre de Yahvé tu DIOS en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomaré su nombre en vano.  Acuérdate del día del sábado para santificarlo Seis días trabajarás, y harás toda tu obra, más el séptimo día es reposo para Jehová tu DIOS; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.  Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu DIOS te da.

No matarás. No cometerás adulterio. No hurtarás. No dirás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo